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Con 300 denuncias telefónicas, las palomas torcazas se han convertido en una problemática dentro de la zona de Retiro, Recoleta y algunos espacios de bajo Belgrano. Sucede que desde hace casi dos veranos, esta especie denominada Zenaida Auriculata ha penetrado en gran cantidad de departamentos a través de balcones, limitando la comodidad de algunos vecinos. Por lo cual, desde la Agencia de Protección Ambiental en CABA trabajan no sólo para solucionarlo, sino además para prevenir futuros problemas sanitarios.
Si bien se intentó dialogar con el titular de la agencia, el Licenciado Javier Corcuera, ciertos imprevistos en su agenda imposibilitaron la reunión. No obstante, Germán Palé, encargado del operativo relacionado a las palomas torcazas, brindó unos minutos de su tiempo.Más que ponerle una asignación de grave, se está poniendo la atención hacia una situación bastante nueva que se generó con la paloma torcaza. En un sector muy localizado de la comuna 1 y 2, en unas veinte manzanas, existe una concentración muy importante de dormideros de torcazas; cosa que antes no pasaba. Producto de eso, los vecinos realizaron denuncias, porque les resulta molesto el residuo de las plumas en los balcones y por las fecas, sobre todo.
Lo que yo te puedo decir es lo que tenemos detectado de las denuncias que hacen los vecinos. Pero eso puede tener un sesgo, porque puede haber vecinos que lo ven como un problema y otros que lo toman como una bendición.
En el caso puntual de las palomas torcazas, nosotros tratamos de entender el proceso ecológico más que el tema sanitario. Es decir, qué sucede si intervenimos en cambiarles los dormideros. Y en eso estamos trabajando.
Tras la pregunta, el licenciado nos aclaró que todas las especies silvestres, tanto las palomas como los paseriformes[ii], son portadores de enfermedades que potencialmente pueden ser transmisibles al ser humano. “Son portadores sanos. No es que en realidad están enfermos, condenados y esa enfermedad los va a matar”, añade luego.
Los procedimientos logísticos de la agencia incluyen la captura por medio de jaulas, las cuales permanecen abiertas con agua y comida. Allí las palomas son estudiadas, anilladas de acuerdo al pulmón de manzana en el que viven y liberadas en zonas con baja densidad poblacional.
¿El Instituto Pasteur está realizando estudios?
El Ministerio de Salud, a través del Instituto Pasteur, de lo que se ocupa en general es de hacer la vigilancia en relación a estos temas. Hacen ver una muestra estadística de qué patología son portadoras las poblaciones silvestres.
Entonces, ¿ellos están llevando a cabo los estudios?
En realidad están participando. En octubre realizamos un taller de especialistas y como participó el Pasteur, gente del hospital de clínicas, toda el área de salud, personal de SENASA que se encarga de la vigilancia epidemiológica…Eso surgió, paralelamente, como resultado del encuentro. Tras las capturas, aprovechamos y le ofrecemos al Instituto Pasteur la toma de pequeñas muestras. Pero lo que nosotros hacemos desde la Agencia se basa en la logística de atrapar las palomas, capturarlas y anillarlas para conocer los movimientos. También para tener más información de cosas que se infieren, pero que realmente no se conocen en ambientes urbanos.
¿De qué se habló en el taller?
En esos días acordaron que problema de salud no existe hoy. Sería irresponsable decir eso. Sí existe una situación diferente de años anteriores, y diferente del resto de las ciudades donde, en espacios reducidos, persiste una concentración muy alta de palomas. Con lo cual la probabilidad estadística, en principio y para ser responsable, te obliga a saber el estado sanitario de esas colonias. Estando atento por si hay que tomar medidas o detectar tempranamente algún cuadro zoonótico que requiera atención.
Están trabajando en informes que después van a estar disponibles, ¿no?
Sí, eso es información pública, pero todavía no hay informes porque llevan un tiempo...
¿Te parece entonces más un problema estético o de salud?
Yo creo que claramente hay un tema a tender ahí.
Me refiero a estético por la cantidad de daños a los edificios.
No es sólo estético. De hecho, no sólo con las palomas torcazas, pasa con las palomas comunes (Columba livia) en general. Se conoce en todos los lugares que los excrementos son ácidos y afectan los vehículos, los monumentos, ensucian las cornisas… Esa problemática, en estos lugares, está potenciada en un orden de dos a tres veces.
Si bien los pulmones de manzana son un gran parche verde, hay situaciones particulares donde, a lo mejor, existe un árbol que corresponde al patio de un vecino de planta baja. Y en ese pedacito, el vecino tiene limitadísimo el disfrute y el acceso. Salvo que cambie su estrategia y todas las mañanas decida invertir un buen rato en tratar de limpiar las deyecciones de palomas.
¿Y cómo han tratado la difusión del tema salud en las comunas?
Nosotros somos muy cuidadosos en no generar paranoias o temores infundados. Por eso te hablo de que no es una plaga y es un tema puntual que queremos tratar de manera específica. En estos lugares, donde se colocaron jaulas, hemos hablado con los porteros y con los vecinos relacionados[iii]. Les proporcionamos un instructivo con sugerencias del taller, del Pasteur, donde se recomienda que el barrido de las fecas sea húmedo[iv]. Primero se lo debe rociar y luego inertizar a partir de agua con lavandina, en una proporción de 10 a 1. Es una sugerencia preventiva, porque algunos hongos se contagian por vía aérea.
Criptococosis, histoplasmosis…
Claro, exactamente. Puede darse el caso que alguno de los excrementos sea de una paloma portadora de esos hongos. Entonces, si vos lo barrés, si está muy seco y con el calor… Se convierte en esporas y lo podés respirar. Se trata de un riesgo latente. Lo que se busca es, a partir de tomar conocimiento, mitigar ese tipo de situaciones.
Además de las enfermedades mencionadas, también se habló de la psitacosis. Palé reveló que en una experiencia piloto, realizada en enero de este año, uno de los operarios que transportaba las aves contrajo la enfermedad. Sin embargo, fue un caso menor que se pudo solucionar al conocer la fuente de infección.
“Es cierto que no hay registros de las enfermedades, pero también es cierto que no hay una búsqueda de parte del sistema de salud. Cuando te vas a atender no te preguntan si donde vivís hay un dormidero de palomas”, añadió el geógrafo. Al parecer, esa pregunta se volverá parte del análisis de casos en salud. La misma se envió a través del Pasteur al Rivadavia y otros hospitales de la zona.
El entrevistado también aclaró que el hecho de conocer los porcentajes de palomas enfermas cambiaría mucho escenario.
Con respecto a métodos de control anticonceptivo expuso: “En el caso de torcazas es muy difícil. Con las palomas comunes es más fácil, porque tienen un desplazamiento más sedentario. Como las torcazas, por lo general, van a comer otras áreas que pueden ser Cañuelas, Zarate o Uruguay, se tendría que tratar de intervenir allí. Lo cual es muy difícil, porque se sale del ámbito de control urbano”.
Por otra parte, Palé comentó que originalmente en APrA se pensaba que la especie Zenaida auriculata se encontraba en Buenos Aires por el puerto. No obstante, el taller realizado durante el 15 y 16 de octubre los aclaró un poco.
Como son graníferas…
[1] Folleto entregado a los vecinos afectados: http://es.scribd.com/doc/116020981/Palomas-Ciudad
[1] Folleto entregado a los porteros por APrA para llevar a cabo la limpieza del lugar: http://es.scribd.com/doc/116022060/Plan-de-captura