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Con frecuencia, los insectos, arañas y otros artrópodos, causan a la gente una molestia aguda y preocupación que puede llegar a desórdenes nerviosos, comezón imaginaria o incluso temor extremo a plagas que no existen. Las “chinches”, si en algún momento estuvieron presentes, pueden ser inocuas o que hayan sido eliminadas, excepto dentro de la mente de una persona afectada. No obstante, en ocasiones se contacta a un controlador de plagas profesional para que controle infestaciones de “chinches” o “ácaros”, cuando en realidad no existen.
Parásitos Ficticios
Esta situación, llamada “ilusión de parasitosis” (IDP) es un desorden emocional caracterizado por una indiscutible creencia de que muy pequeños y casi invisibles insectos o ácaros están viviendo en su piel o en su cuerpo. Aparentemente esas parasitosis ilusorias son un verdadero convencimiento y no hay argumento ni evidencia científica que puedan hacer entender al paciente que en realidad no tiene infestación alguna.
Es importante saber que la comezón puede ser causada por muchas cosas. Por supuesto, una causa es la invasión de ciertas plagas como las pulgas, piojos, ácaros, garrapatas, etc. Sin embargo otras causas incluyen alergias, irritantes, condiciones dermatológicas, reacciones a medicamentos, enfermedades sistémicas como la diabetes, enfermedades pustulosas y muchas otras. Los irritantes comunes que se encuentran en los lugares de trabajo u otros ambientes, incluyen partículas pequeñas de papel en el aire, fibra de vidrio, metales, cerámicas u otros materiales para aislar. La exposición a otros químicos, cambios en la temperatura y humedad, o la simple reacción a rascarse por alguna otra condición que se presente.
Los problemas emocionales o sensoriales como el miedo dominante a las “chinches” o si no están involucrados artrópodos a su presencia imaginaria puede ser un verdadero problema.
Fobias a los Insectos
Esta condición fue reconocida por primera vez por Georges Thibierge a fines del 1800, pero los términos y definiciones apropiadas no se utilizaron sino hasta muchos años después. Se la ha denominado Síndrome de Ekbom, parasitosis ilusoria, ilusión de parasitosis, etc.
La mayoría de los pacientes de IDP tienen como queja principal que diminutos insectos (pulga del papel) o ácaros caminan sobre su piel, los pican, les producen cosquilleos o penetran en su piel. Igualmente la primera queja es de una picazón o irritación. Pueden presentarse manchas y marcas en la piel, pero el paciente puede habérselas provocado al rascarse. También pueden presentarse daños en la piel por haberla frotado con un cepillo, lana de acero (virulana) o elementos similares. No faltan quienes se aplican algún solvente, lavandina en el afán de aplacar la irritación o de quitarse esos parásitos de su piel.
Una de las características más destacada de estas parasitosis ilusorias es la absoluta convicción de la persona de saber exactamente lo que le está ocurriendo. Más aún, llegan a enojarse si el controlador de plagas consultado no llega a encontrar, o para peor, si no logra la eliminación de esos bichos. Es interesante que sus historias resulten tan convincentes que otras personas allegadas pueden compartir esa ilusión.
Cualquiera sea el problema no se debe realizar un tratamiento de control de plagas si no se encuentra involucrada ninguna plaga de artrópodos.