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La orientación magnética en los insectos sociales, como las hormigas, avispas, abejas y termitas, ha recibido considerable atención en los últimos años. Sin embargo, aún se conoce poco sobre los mecanismos relacionados con la transformación de la información magnética en alguna señal útil para la sobrevivencia de estos insectos.
Una de las hipótesis más aceptadas es que la magnetita, un imán natural que ha sido encontrado en abejas (Apis mellifera) y hormigas (Solenopsis sp. y Pachycondyla marginata), puede desempeñar el papel de sensor magnético involucrado en el fenómeno de magnetorecepción.
En general, los hormigueros debajo de la tierra están formados por varios túneles subterráneos en completa oscuridad, los cuales irradian a partir de un punto central y terminan en salidas por donde ellas llegan a la superficie. A pesar de las diferencias de cada especie en cuanto al proceso de descubrir y transportar alimento a la colonia, lo que ellas tienen en común es que dejan el nido y exploran las áreas alrededor del mismo, dando vueltas en un patrón aleatorio hasta encontrar alimento, momento en el cual regresan al nido, marcando el camino de vuelta con feromonas características de cada colonia. Este camino de regreso es recto en la dirección de la salida del túnel, independientemente de lo azaroso del camino empleado en la búsqueda de alimento. Es bastante claro que ellas deben ser sensibles a las diferentes fuentes de información existentes en la naturaleza, como la posición del Sol, la polarización de la luz celestial, el patrón geométrico que las ramas de los árboles forman en el techo celeste, el paisaje del horizonte cercano y el campo geomagnético, entre otras.
Estudios realizados en diferentes especies de hormigas han servido para determinar su capacidad para sentir y usar el campo geomagnético en diversas situaciones y la presencia de material magnético en sus organismos. La especie Pachycondyla marginata muestra un comportamiento migratorio.
Ellas se encuentran al sudeste de Brasil y sólo se alimentan de termitas de la especie Neocapritermes opacus. Un análisis de las rutas anuales de migración de varias colonias muestra una preferencia para escoger rutas de migración en un eje desviado aproximadamente 12º del eje Norte-Sur magnético. Estos resultados sugieren la capacidad de esta hormiga para utilizar la información del campo geomagnético durante el proceso de migración mediante sensores magnéticos biomineralizados.
Aún existe un largo camino por recorrer para la comprensión total de este tipo de mecanismo, tomando en cuenta los pocos datos existentes y la enorme diversidad de especies, aunque este tipo de datos y estudios pueden ser de mucha utilidad para el desarrollo de métodos no químicos de control de plagas como erradicadores y repelentes electromagnéticos o plaguicidas electrónicos.
Fuente: Chemotecnica
Foto: Taringa